El nuevo Furia

Edo
3 min readSep 2, 2021

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Milei como sucesión y encarnación

He decidido continuar en mi innecesaria red de artículos con una pieza, intuyo, polémica. Haré un análisis de Javier Milei tanto como sucesor de Néstor Kirchner, y como encarnación de un fenómeno mundial que es la bronca y decepción de, sobre todo, varios varones jóvenes.

Cualquiera que haya leído hace tiempo los registros web de Jorge Asís captó la referencia, pero aclaro: el Furia era el extinto Néstor Kirchner. Su inherente bravato y desapego a las reglas, exhibido desde el inicio; el ascenso presidencial en un país en llamas, su osadía de juntarse con referentes de la cumbia villera cuando aún era mala palabra (ahora es como el tango: hasta en Paris lo bailan); la oferta de progresismo para todo gusto.

No importa su historial menemista, su doble cara en temas de DDHH, sus dobleces o ideología; siquiera su verdadera persona. Comparo aquí qué llega de la personalidad hacia el pueblo, qué logra traspasar los límites de su teórica individualidad hacia la nuestra.

Algo de todo lo mencionado, díganme si no les suena a Milei. No lo veo siendo Presidente, pero sí como actual y futuro sucesor espiritual de Kirchner en cuanto a representante de ‘la rebeldía’, a calado probable en la juventud, que tiene una desesperanza y bronca fenomenales. Bien digo probable, ya que la mayoría de las encuestas le da ni siquiera en los dos dígitos; está lejos de ser alguien masivo, si esto se plasma el 12-S.

En cuanto al otro punto a exponer, es más complicado de anotar; cuesta encontrar algún artículo equilibrado sobre el fenómeno incel, que tiene repercusiones políticas claras. Hablo de la alt-right, que agrupa no sólo incels o MGTOW (‘Hombres haciendo su propio camino’), sino supremacistas blancos, el movimiento pro-vida, y conservadores de todo pelaje. Todo eso tarde o temprano vendrá a estas costas; ya lo está haciendo.

Como se ve en las manifestaciones de Milei. Hay una bandera compartida, la libertaria, que es herencia de la Revolución de los Estados Unidos. Muchas banderas se crearon, pero logró perdurar la de la timber rattlesnake en fondo amarillo por algo. Y resurgió en estas últimas décadas. Sobre todo, la última, desde el Tea Party Movement en la Presidencia de Barack Obama.

No debería sorprender: hay artículos sobre un libertarian-to-alt-right-pipeline (un camino del libertarianismo a la derecha alternativa) que fue iniciada por Rothbard hace como cuatro décadas. Nada es nuevo bajo el sol, dice el Eclesiastés. Y nada que no traigan de Estados Unidos que no copiemos malogradamente en Argentina.

Y mi asociación entre el libertarianismo local con el norteamericano viene también por micro-hechos de Twitter Argentina que me dan a entender hay una deriva autoritaria y misógina activándose dentro de la víbora amarilla, atacando contra quienes no se alinean al 100% con el líder, a quien le quieren dar ínfulas religiosas de ‘Hombre Gris’ profetizado.

En fin. Espero errar, espero fallar. La libertad es palabra hermosa y no quisiera que el colectivo asociado quede como una secta de delirantes cuando tiene un potencial único para torcer el rumbo del país hacia la positiva.

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Written by Edo

Me gusta dibujar ropa, analizar estrellas y comer rico.

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