Opiniones de anime que nadie pidió y se dan igual — Parte 2
Continuación de lo hecho hace un mes y algo, con otros siete anime que reviso -ya más adelante en la temporada que nos compete.
BEASTARS
Los furros más famosos del anime (!) vuelven con más exploraciones sobre la juventud, la violencia (su contención, su elaboración, su represión por motivos sociales, demás), paralelismos obvios con la diferencia de género y sexo, o el análisis de las jerarquías, tema japonés por demás. El resultado es, quizás, menos impactante que en la primer temporada, pero de gran efectividad por momentos. Las secuencias de opening y ending dejan bastante que desear, personalmente.
Log Horizon — Destruction of the Round Table
Otra decepción, esta vez general. Si bien los personajes son queribles, la animación sigue siendo similar, okayish, y el ambiente o guión no son malos per se, el ritmo al cual camina la historia es bastante cuestionable. Esto no sucedió con las temporadas anteriores — o de modo tan obvio al menos. Los primeros capítulos mostrando el arco de las elecciones de Akiba son un ejercicio agradable para quienes estudiamos Ciencia Política y amamos la sociología del votante, pero imagino son un bodrio para cualquier persona normal y decente, alejada de la carrera nefasta que estudio y mencioné. Ahora, un show de marionetas tratará de condensar mucho material (leí que un libro entero, wow) en dos o tres episodios; los efectos de esto son más que obvios en el fluir de la entrega. Desconozco por qué, teniendo 12, utilizaron 7 de esta manera tan irregular.
Bottom-tier Tomozaki-kun
La mejor obra de la historia.
Bueno, exagero. La mejor de la temporada.
Okay, perdón. Seré realista: me encanta aunque sepa que es lo más pedestre del mundo. Su animación corriente, su dirección normal, sus colores nada creativos, iluminación acorde al momento, pocos seiyuu que destaquen, historia sencilla que mezcla un poco de rom-com harem, dinámica de videojuegos y una relación maestra-alumno nada descollante; todo apesta a promedio. Y aún así, el progreso del titular Tomozaki es muy bello de observar. El primer capítulo da a entender, en sus primeros diez minutos insufribles por demás, que hablamos de un otaku antisocial típico. Pero este muchacho tiene una enorme fortaleza en los juegos, y aquí se topa con su ‘maestra de la vida’ Hinami Aoi, compañera que también es fan de los videojuegos y le enseñará clases de lifehacking.
Vale la pena verlo.
Y me gusta. Sin dudas de lo más polémico que puedo decir.
World Trigger
Toei se puso las pilas (y la billetera) con esta segunda temporada. La animación descolla y brilla, específicamente brillantes colores en los ataques, como nunca antes. El guión fue flojo, quizás porque la mini-invasión de los primeros episodios fue de por sí algo inentendible para los no lectores de manga; pero con el ya clásico torneo de Rank Wars levanta muchísimo story-wise. El desarrollo de como cincuenta personajes a la vez es agradable, si bien sabemos poco y nada en realidad de ellos; imposible se desplieguen en conocer a todos como a nuestros protagonistas. Ansioso por ver cómo progresa esta serie.
Non Non Biyori Nonstop
Luego de dos temporadas y una película, quien viene a esta tienda sabe qué dulces vende. Su tono amable, su agua bebible (palo a palo con KyoAni), sus muchachas creativas para no aburrirse en medio de la nada, su humor peculiar, lento, algo efectista, ‘sano’… Es realmente una serie para desconectarse y relajarse un ratito. Si buscan otra cosa, la pifiaron.
Back Arrow
Probablemente nada me haya decepcionado más en esta temporada. Casting de seiyuu tope de gama. El director de Code Geass junto al guionista de Kill la Kill y Gurren Lagann haciendo un mecha. La sinopsis me pareció confusa, pero le di chances. Y luego de 5 capítulos, desistí. Su historia es bastante clara en ciertos puntos y confusa en otros, pero si bien se entiende hacia dónde se va, el camino es tan ajetreado, el guión es tan precario, que da pena. De hecho, es tan pedorro que no me soprendería ninguna traición o descubrimiento al estilo ‘son todos aliens’. Feo como gelatina mal hecha. Da la constante sensación de caminar en ruta de arena, en medio de la noche, esperando que todo funcione.
Uma Musume
Y ahora, para el final, la sorpresa positiva de la temporada. Ya la S1 fue atractiva, sorpresiva, graciosa a patadas, y mostró un desarrollo en el género deportivo pocas veces visto. Pero la S2 solamente levantó la vara: decidió intercambiar de protagonistas reduciendo a extras a las anteriores, y elevando a las entonces poco vistas Teiou y McQueen al estrellato -una apuesta riesgosa, obvio, pero que resultó efectiva; además, intensificó la parte deportiva sobre la interesante mezcla de la S1 entre idols y deportistas: en los primeros episodios se habla mucho de lesiones o formas de entrenamiento del grupo titular, Spica. Casi no hay bailecitos lindos: la ropa de gala es para ir a dejarlo todo en la pista. Aunque hay bastante humor dosificado allí y acá, el eje es algo más serio que en la temporada anterior, y sale muy bien. Realmente aplaudo y pido que vean Uma Musume.
Gracias por leer