Por qué Argento es ingobernable

Edo
4 min readSep 1, 2021

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Me van a funar duro

No creo que Cristina Fernández sea mala; en absoluto. Es muy testaruda (Asc. Tauro), altamente inteligente, sabe captar el sentir popular. Le critico sus deslices autoritarios, donde incluso sugiere desechar el sistema republicano herencia de Montesquieu, Rousseau y reformado durante dos siglos en todo el planeta por distinos pensadores de cada país donde este sistema ingresaba. Me genera rechazo su dureza hacia quien no comparte su pensamiento, algo que se volvió común hoy día. También su anti capitalismo, un poco. Pero jamás diría ella es mala.
Dudo que Mauricio Macri sea malo: es torpe, le cuesta hablar de corrido a veces, tiene algunas expresiones cuestionables, pero no dudo de que su idea fue mejorar el país. Al menos era capitalista sin ambigüedades, que ya es mucho para ser argentino. También, considerando que le falta mucho en el ámbito de las ciencias sociales, como Fontevecchia le hace notar a cualquiera en sus entrevistas, le sobra en la aplicación práctica: su foco fue la infraestructura por su profesión de ingeniero.
Lo mismo Alberto, si bien está haciendo un desmadre que creo inédito. Cómo en tan poco tiempo se destruye tanto, me supera. Pero no dudo que adscribe a su ideología porque la cree la mejor, y que él no es un demonio encarnado como muchos lo pintan. En su caso, debo admitir, me cuesta mucho más que con sus antecesores hacer el trabajo para empatizar, pero lo hago, a pesar de ser un estúpido por creerle a alguien que demostró no ser muy creíble.

El problema no es de personalidades; en Argentina, es sencillo: no hay plata. Hay 200 pesos, porque este país es pobre. Via coparticipación federal, 100 pesos se reparten entre todas las provincias. Pero cada gobierno provincial pide auxilios, ya que nunca alcanza (especialmente con el gasto de las cajas jubilatorias), entonces cada administración pide 40 pesos para ir tirando; en la cuenta entrarán también los tongos locales a mantener. El gobierno federal debe estirar el chicle al infinito, generándose la necesidad o de imprimir billetes, hacer extraños artilugios financieros o endeudarse con organismos de crédito internacional y/o países como China.

Hay una infografía hecha por Diario Perfil que es clarísima en cómo se gasta el Presupúesto Nacional. Datos de 2020. El 60% se va en jubilaciones, ayuda social y subsidios a privados (en mucha menor medida de ese porcentaje macro). Un 18% en sector público (empresas estatales, fondos, provincias y municipios, universidades nacionales…). 9% a deuda. Otro 9 casi a salarios de todo el personal dependiente del Estado; casi todo es en los de planta permanente. El 4% restante en miscelánea, diría.

Con este esquema de gasto y considerando el poco dinero que dispone el Estado, porque nosotros los privados tampoco tenemos el dinero con el cual se sustenta, es inviable todo gobierno. No es cuestión de bondad o maldad de quien manda; no es el esquema de ministerios (si bien alguno que otro parece bastante ridículo, es aparte); no es reducirle la dieta a legisladores o no imprimir más boletas millonarias de colores variados para las elecciones. El problema es que nadie tiene la plata y los compromisos parecen ineludibles.
Salvo que se ajuste en transferencias intra sector público, dejando que las universidades y provincias se prendan fuego. O en jubilaciones, pensiones y préstamos a los comerciantes. Quizás defaultear la deuda. Ideas excelentes y políticamente viables, ¿vieron?

Tarde o temprano las salidas, si se quiere solucionar sin una crisis social por alguna poda brutal en lo mencionado, son:

  • con crecimiento que financie todo esto mediante liberación de la fuerza productiva, una legislación laboral más pro-capitales, beneficios fiscales a las pequeñas empresas (el 80% de las empresas del país son PyME), fin de la industria del juicio carancho donde un juicio puede hundir un emprendimiento apenas va caminando, que las universidades pidan algún sponsoreo empresarial para disminuir los giros estatales sin cobrar matrícula o cuota; mayor integración al mundo mediante tratados bilaterales o asistencia focalizada a PyME’s que decidan dedicarse a la exportación de bienes y servicios más un largo etcétera de medidas aperturistas y capitalistas, mientras se congela la contratación de empleados públicos en todo el territorio y además se suspenden los subsidios inútiles a empresarios amigos con las cuentas llenísimas de dinero o artistas;
  • o un salto inflacionario que licúe todos los números, lo cual es bueno para el Estado en su capacidad de ahorro (porque suele cobrar impuestos como porcentaje, por ende mantiene ingresos pero ‘baja’ sus egresos, sobrándole más dinero) pero a los ciudadanos de a pie nos da un golpe definitivo; el que sobrevive a la catástrofe, lo hace y quien no, mala suerte.

Me suena mejor la primer opción.

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Written by Edo

Me gusta dibujar ropa, analizar estrellas y comer rico.

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