Reseña: Kageki Shoujo!

Edo
3 min readSep 1, 2021

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AOTY, eh.

Ya con Revue Starlight en 2018, empecé a meterme en el mundo del teatro Takarazuka y otras expresiones teatrales niponas como Noh, Rakugo, Kabuki. Son mundos aparte, donde se exige una devoción; sólo llegan a algún lugar interesante (ni hablar de estrellas) quienes deciden entregar casi toda su vida a ese arte. También tiene mucho de elementos familiares: hay una sucesión en el Rakugo donde cada maestro deja un sucesor y así el nombre jamás se pierde. Sólo pasarías del XVI al XVII Sukeroku, como ejemplo. En los demás, como Takarazuka o Kabuki, hay algunas que son familiares de alguna anterior participante de la troupe o compañía.

Pine Jam es un estudio joven, sin mucho pedigree. Pero tomó esta historia con mucha solvencia. La animación en 10 sobre 13 episodios jamás cede; siendo un estudio mid-to-low tier, se organizó mejor.

Kageki Shoujo! es una pequeña historia sobre varias chicas que deciden ingresar en la academia Kouka, una escuela secundaria más exigente que la Universidad de Tokyo; imaginen la dureza de los exámenes. El sueño de todas es pertenecer al Teatro Kouka, nombre de un obvio lookalike del Takarazuka Revue. Se centra, en principio, en dos personajes: Sarasa Watanabe, una altísima rubia que tiene un exceso de energía y un background teatral que sueña con ser la famosísima Lady Oscar de La Rosa de Versalles. La otra, Ai Narata, apodada Naracchi, es una idol retirada recientemente por un escándalo quien busca refugio en un ámbito artístico donde no haya varones que la molesten.

Ai — Sarasa

No quiero ahondar en el detalle de los episodios. Navegaré un poco.

Los primeros dos episodios, nos muestran un pantallazo de la escuela y el sistema de Kouka y la paleta de personajes, que poco a poco se muestran interesantes en distinto grado.

El episodio 3, el primero centrado en alguien, es sobre Ai; no Naracchi, la idol distante, sino Ai como humana. Se entienden los motivos para detestar a los varones: fue víctima de un brutal abuso infantil, mostrado sobre todo en sus consecuencias de un modo muy duro pero siempre con respeto a la temática. Ai sufrió un montón y lo superó como pudo, pero sin dudas la relación con Sarasa la va descongelando y hasta salvando de sus propias oscuridades. Luego, en el episodio 4, se la ve enfrentándose definitivamente a sus demonios, encarnados en varios varones (el otaku generador del escándalo y otros tipos irrespetuosos) En fin, ¿se nota que es la que mejor me cae?

Luego, se centra en Sarasa, explicando su background cultural de Kabuki o su relación con el ¿novio?; o en Ayako, una chica muy inestable y dubitativa, que entra en problemas alimenticios varios luego de que una profesora le dijera que le sobraban kilos.

Esto es clave en Kageki Shoujo: toca todos los temas necesarios para adolescentes en un modo duro pero respetuoso del drama humano que encarnan.

El episodio 8, sobre todo, demostró el pico de la serie. La historia mínima de Kaoru y su amor de verano toca todas las fibras de mi corazón. Por qué hacemos lo que hacemos, el pedigree, el honor familiar, las relaciones con hermanos o padres, amor adolescente bien llevado… Perfección.

Y el episodio de las gemelas, muy bueno. Muy bien llevado en 24 minutos.

En fin, pasé volando y obvié muchas cosas. Pero es porque quiero que lo vean ustedes. Es hermoso el anime; una paleta de colores medio apagada, pero efectiva. Dirección buena, sin baches pero sin luces. Personajes muy queribles, con profundidad. Merece su visionado.

Faltan pocos episodios, pero sin dudas se lleva las palmas. Y, en mi corazón, es el Anime of the Year. Sí, correte Vivy.

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Written by Edo

Me gusta dibujar ropa, analizar estrellas y comer rico.

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