Ida y vuelta/Episodios 14 a 26
Atención: va con algunos spoilers
Esta segunda parte de la serie de OVA’s ha sido ampliamente superior a la decepcionante primera parte.
Mi principal crítica ha sido hacia la historia y sus personajes, por ende me centraré en ello. Más, considerando no hubo un cambio en la estelar animación o dibujo, consistentes y dando ejemplo de cómo presentar un trabajo animado.
Hubo muchísimos plot-twists, algunos cantados y otros algo más sutiles. Los primeros capítulos se dedicaron a reencontrarnos con Aberto Dessler y los avatares internos de Gamilas, entre el autoritarismo y la democracia. Luego, mediante una traición, parte del Yamato se pierde en una falla temporal y se descubre el orígen de Gatlantis y sus problemas con el amor. Finalmente, definiciones y bastante muerte, sobre todo en 24–25.
Los personajes mejoraron muchísimo su desempeño: Keyman o el batallón del Onceavo Planeta se volvieron mucho más asertivos e interesantes. Daban ganas de verlos esta vez. El capitán Hijikata se pasó de basado en esta parte. Me cuesta ver a Shima demoted to extra, pero es lo que hay. Al menos Yamamoto retomó algo de cuerpo. Destacable también el fugaz retorno de Kaoru Niimi y la aparición de la capitana Todou Saki, grandes personajes que ojalá tengan mucha más aparición.
Zorder, lamento ver, demostró ser un rival inconsistente. Su perorata de amor tenía una raíz buena: sufrió mucho por confiarse contra sus rivales y la pagó con muertes cercanas, que lo volvieron cerrado y vengativo. Siguió adelante, sabiendo que sólo esperaba dolor. Pero, al igual que todos los Gatlantis, termina cediendo al amor: como su ‘padre’ clonado, otros familiares y varios soldados.
La sacerdotisa también decepcionó. Quedó muy desdibujada cuando podía haber hecho mucho más.
Sin dudas, el reaparecido Aberto Dessler sigue siendo el mejor contrincante del Yamato y la Tierra entera. No tiene que lidiar con una historia tan truculenta como los Gatlantis y hace lo que puede dentro de sus límites, maniobrando entre varios bandos con tal de lograr algo sencillo: un nuevo planeta para su raza antes de una extinción inminente.
Un punto polémico es la cantidad de batallas que tiene esta parte de la historia. Al tener una pelea a tres bandas entre la Tierra — Gamilas, la rama dessleriana de Gamilas y Gatlantis hay un maremagnum de violencia y explosiones que para alguna gente puede ser difícil de digerir. A mí me agradó, por su elaboración y porque no me pareció que sobraran; eran funcionales a la historia casi todas.
La enseñanza de la serie es muy bonita y emocional, despertando de nuevo las mismas sensaciones que 2199. El subtitulado de las fotos da una pista: no quiero estropearles el centro de la historia.
En fin: estuvo muy a la altura del listón que dejó la primera serie, si bien le costó mucho dar pie con bola. Paciencia que se pone buena, entonces. Y a esperar 2205: ¡Take Off!