Este es mi límite

Edo
4 min readNov 29, 2021

--

Sobre mí pero puede interesarte

La Boca de noche, desde la terraza del Museo Benito Quinquela Martín.

Adjunto un artículo escrito en Febrero de este año, donde discuto sobre los cambios que pretendía realizar, si vale la pena hacerlo, mi depresión entonces profunda y ganas de no-suicidarme. Esas ganas de vivir que me brotaban pero estaba ahogado en un matorral de dolor arrastrado del pasado y del presente mental.

Ha pasado mucha agua en el curso del río de mi vida en sólo nueve meses. He escrito sobre mi mejoría en un artículo de mi autobiografía. Todo adjunto, pasen el cursor y vean.

He tomado el consejo que Hideyoshi le da a su amigo Ken Kaneki en Tokyo Ghoul:

Tokyo Ghoul re: — Sui Ishida. ‘No tendrá estilo, pero viví’. Tomé el consejo de Hideyoshi a Ken.

No creo ser bello, inteligente o interesante. Al contrario. Soy algo gordo, de altura promedio, con luces mentales un poco más iluminadas del promedio pero no tanto, y sin muchas ideas originales o destacables. Tampoco poseo una vida agitada; por el contrario, es muy tranquila, y con mucho dolor detrás. Mis hobbies son dibujar con poca habilidad, ver anime y escuchar música de artistas que jamás vendrán al país para verlos en un recital.

¿Y qué importa todo eso? Aprendí a dar esa pregunta como respuesta. ‘Voy a vivir porque estoy acá, porque quiero, y porque tengo un sueño a cumplir’. Esa es mi respuesta. Vivir por mí, disfrutar de la vida que se me regaló. Porque sí, porque puedo y quiero disfrutar la vida.

He cambiado mi forma de vestir, decidiendo usar más ropa formal, que puede considerarse ‘de cheto’ para el día a día. Me agrada verme bien vestido. Me sube el autoestima la indumentaria agradable. También cambié mi actitud cerrada a lo imprevisto, decidido a interactuar más. He hecho, por ende, algunas amistades nuevas. Recuperé alguna. Reforzé casi todas las que tenía. También, he estudiado y aprobado muchas materias en la universidad. Y falta la mesa de examinación de diciembre, asique puedo acercarme más al objetivo de recibirme en algo universitario. También me di el gusto de darle espacio a la literatura, la escritura en este Medium y a la astrología, entre otras aficiones. Estoy encaminado a un fin de año, me animo a usar la palabra, felíz. Por primera vez desde que lo reflexiono, me siento mucho más felíz que al iniciar un año. Siento que cumplí objetivos de bienestar existencial.

Ahora bien, hay cosas que no puedo acostumbrarme. Quizás no sea necesario. Quizás es mi límite. Por ejemplo, me cuesta acostumbrarme a la vida de clase media-alta. La sigo viendo tan ajena como antes. Los cumpleaños, Halloween, Fin de Año y casamientos donde la gente se viste de gala. Las idas y venidas a hoteles, spas y escapadas de fin de semana en lugares varios del país. Que todos quienes conozco salvo yo hayan ido a country club como si fuese ir a la panadería, y quien tipea no lo ha hecho jamás.

Y sobre todo, al salir de mi cueva, he visto cuánto me chocan las relaciones sociales y sentimentales que suele llevar a cabo la gente. La concurrencia a actividades como recitales en grupo, o a boliches donde no se va a bailar sino a tener anécdotas y besarse con desconocidos (soy culpable de hacerlo, desde ya). Cuán natural es que, en las relaciones heterosexuales, las chicas salgan con varones mucho mayores en edad, con más bagaje de experiencias de vida, con más dinero y bienes, entregándose a una situación de desbalance de poder brutal y obvio, a veces con consecuencias funestas, pero que todo mundo da por sentado como lógico, agradable, deseable y hasta digno de emular.

Quizás, cambiar está bueno hasta el límite donde uno mejora y se estabiliza. No cambiar por cambiar. Una cosa es dejar de escuchar ocho horas a Maaya Sakamoto e ir introduciendo nuevas bandas (adjunto dos) al conjunto propio, que son agradables a los oídos. Otra cosa es tratar de decir que está bien algo que uno siente es moralmente reprochable o hasta materialmente malo.

He llegado al punto donde veo que hay cambios que no son tan buenos, porque son forzados y van contra mi moralidad.

Bichito lindo de Colección Amalita Fortabat

Por lo cual, tengo problemas agradables en mi vida. Dejé atrás el problema de ‘¿me deprimo ocho horas o cinco?’. Llegué bastante lejos. Me enorgullezco de mí.

Sin dudas espero llegar al 31 de Diciembre y brindar mucho por mí.

--

--

Edo
Edo

Written by Edo

Me gusta dibujar ropa, analizar estrellas y comer rico.

No responses yet